domingo, 4 de noviembre de 2007

LA VIDA ES JUEGO

¿Hay algo más emocionante que ver a los más chicos jugando llenos de alegría?

Todavía hoy disfruto como un niño cada vez que recuerdo a Bauti, el hermano de Lucila, electrizándose -a los dos años- simplemente viendo dibujos animados en el living de mi casa. También, cuando a la misma edad, cada vez que iba a buscar a mi hija a la casa de su mamá, Bauti bajaba con Lucila se trepaba a mi falda dentro del auto, tomaba el volante y comenzaba a moverlo excitado de alegría de un lado a otro como si verdaderamente condujera a 300 km por hora. La emoción lo superaba y lleno de adrenalina exhalaba un cosquilloso “uuuhhhh”!!.

¡Cuánta felicidad por Dios! ¡Cuánta alegría! ¡Cuánta riqueza sin nada!.

¡Cuánto disfrute en este juego iniciático de la vida que estúpidamente algunos nos quieren hacer creer que -al crecer- inevitablemente se pierde.

La vida es un juego maravilloso y permanente en el que todos los que juegan ganan.

No tengo dudas de que los perdedores son aquellos que no entienden que desde lo lúdico podemos sobrellevar mejor las situaciones dramáticas.

Justamente, son los resentidos, los buscadores permanentes de poder, los “serios”, quienes nos hacen perder nuestra niñez y olvidar este profundo sentido de la vida.

La seriedad se combate con adrenalina y humor. Jugando. La adversidad y el dolor también.

Como lo hizo mi amigo Alejandro Kuropatwa: un niño grande.
Un grande que nunca dejó de ser niño y supo que lo mejor que podía hacer para enfrentar su enfermedad era aferrarse a su libreto: el del juego permanente, el de la alegría constante.

No lo duden: voy a seguir jugando en este mundo de adultos embrutecidos por tanta seriedad.

Ya nadie podrá robarme la diversión de niño.

Cuando se descubre el sentido lúdico de la vida no hay vuelta atrás. La vida se nos hace más fácil y nadie puede quitarnos los juegos.

En este juego señores…. señores "grandes", el no-juego lo proponen aquellos que hacen del dolor, el sometimiento y la lucha por el poder, su medio de vida.

Dios nos libre y nos guarde de semejante "madurez".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y si creamos en los ángeles que saben que decir en el momento indicado aunque no sepan por que. Juguemos a creer que sin conexión alguna algo en vos se dio cuenta que era lo que necesitaba escuchar. Es que hay veces que en este mundo de grandes se me hace difícil acordarme de que el sentido del juego es divertirse y aprender.