miércoles, 20 de diciembre de 2006

¡CORRE X, CORRE!

Es evidente que X logra lo que se propone.

Fue una de las cosas que màs me atrajo de ella.

Su objetivo en la vida es superarse constantemente en cada una de esas carreras. Es una atleta importante: 10K, 21K, 42K y otras pruebas de alta exigencia por todo el paìs y fuera de èl representando a la Argentina la han colocado en el podio de los que triunfan.

No tiene 20 años, pero X es una mujer sumamente atractiva.
Su piel tiene la textura del ébano y mantiene un tostado permanente producto de las largas horas que pasa bajo el sol.... corriendo.

“La mueve la pasión”, pensé y quise conocerla.

Nos frecuentamos durante algunas semanas de manera un poco dificultosa: los dos tenemos agendas difíciles y compromisos profundos.

Hablé bastante, pero no habían muchas respuestas.

Habían sí algunos gestos... que no alcancé a comprender bien.

Me mostró su casa y yo le mostré la mìa.

Me mandó fotos de ella desnuda por mail, y yo -por supuesto- no le mandè fotos mìas.

Hicimos el amor y nos gustó.

Alguna vez esbozó que no quería hablar porque tenía miedo de que se generen compromisos o expectativas. Puedo entenderlo, aunque yo no sea de las personas que sienten que las relaciones se construyen con demandas o reclamos. Y cumplió al pie de la letra: nunca dijo nada desde el alma.

X mientras tanto seguía corriendo y superándose a sì misma... en las pistas.

Un día tuvimos un desentendimiento muy menor por mail y X se fue corriendo (que es lo que mejor sabe hacer).

X es un misterio.

A X no la mueve la pasión. A X la condena la obsesión.

X logra lo que se propone....corriendo.

Pero su veloz paso deja detrás la vida misma.

Corre X, corre.

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