sábado, 29 de septiembre de 2007

MATCHPOINT

Pasaron varios años y el recuerdo de ella era amargo, aunque sin rencor.
El de él, en cambio, era distinto: recordaba que en aquel momento jamás habría podido responderle; y que él mismo, entonces, estaba necesitando también respuestas.

La brecha que se produjo fue inevitable: ella había esperado de él lo que el no podía darle; y el no pudo o no supo transmitirle a ella lo que en verdad le pasaba.

Y así, sobre ambos cayó la condena del sufrimiento.

Pero se atraían; claro que se atraían.
Y algo los unió desde un principio.
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Pasaron varios años y aquel momento se había esfumado en la memoria de cada uno; no así el encuentro que se mantuvo trunco, indefinido, latente, sin final, o mejor dicho, con un final abierto…
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Pasaron varios años y una noche -no por casualidad sino por destino-, el fue a un cumpleaños de una desconocida en un lugar de Palermo, también desconocido para él. Llegó, se sentó, miró a su alrededor y se preguntó “¿qué hago acá?”, “¿a qué vine?”.
En la oscuridad del lugar las luces de colores delineaban contornos de personas que se movían como maniquíes con motor.
Incómodo, decidió irse cuando de pronto descubrió su rostro. Esos ojos lo envolvieron por completo y lo transportaron…

...Como en una película las imágenes de su vida retrocedieron a toda velocidad hasta el momento en que la bomba había estallado. Ese mismo rostro, pero aquella vez lastimado y golpeado, fue la última imagen de aquel lejano incidente que sus pupilas habían reflejado. El se había quedado mirándola atónito, con impotencia, mientras intentaba curar sus propias heridas y sujetar con fuerza a su hija. Cuando despertó en el hospital ya nada recordaba...
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Habían pasado varios años y aquella noche, el y ella descubrieron que se debían un encuentro.
Porque en la vida las cosas ocurren de forma inesperada, pero está en uno aprovecharlas para que lo esperado fatalmente ocurra.
Porque ahora no habían ruidos, ni gritos, ni intereses corporativos, ni crisis, ni bombas.
Y porque finalmente ellos –no el destino- quisieron que lo latente deje de serlo, lo potencial se convierta en acto, lo indefinido se defina y el final abierto se cierre.

Septiembre 15, 2007.
(Escrito en el vuelo de Lufthansa de Bs As a Frankfurt)